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Sintomatología asociada a trastornos distónicos

Rosa Moriente Navarro
Psicóloga de ALDE

En este escueto comentario me gustaría definir algunos de los grandes problemas en psicopatología, considerándolos desde un punto de vista funcional como parte de una Sintomatología que en ocasiones aparece asociada a los trastornos distónicos.

Lógicamente la transformación que experimenta una persona que comienza a padecer distonía, no sólo se elabora de forma externa, también se experimenta un proceso de maduración e interiorización de su propia enfermedad, es entonces cuando aparecen síntomas de malestar psíquico que se traducen en alteraciones del comportamiento y que afectan negativamente en las relaciones sociales y familiares.

Por supuesto, esto que denominamos síntomas asociados a trastornos distónicos no se dan en todos los individuos, ni los que lo padecen lo sufren con igual intensidad, ya que depende de la propia vulnerabilidad psicológica de la persona, así como de la comprensión y predisposición positiva que encuentren en el entorno que los rodea para aceptar y asimilar su enfermedad.

A continuación paso a definir, en un gran esfuerzo de síntesis, algunos de los síntomas asociados a trastornos distónicos.

 

Estado de ansiedad: Movilidad y variabilidad de los afectos que se traduce en estado de ánimo alterado y desasosiego interior.

Ansiedad: deriva de «anxietas» (incomodidad). Se define como temor indefinido a algo presente y se caracteriza por actividad incontrolada e inquieta (incremento del ritmo cardiaco, sudoración, etc.).

Depresión reactiva: Trastorno afectivo caracterizado por aspecto facial pasivo, la expresión corporal más frecuente es la inhibición, presenta movimientos lentos e inapetencia generalizada y se asocia a trastornos del sueño, disfunciones sexuales y trastornos cuantitativos de la conducta alimentaría.

Labilidad emocional: Se describe como cambios afectivos producidos por estímulos externos, debido a falta de control afectivo, asociado a estados de ansiedad. El sujeto puede estar alegre y sonriente, y, de forma súbita, entrar en episodios de tristeza emocional.

Indefensión aprehendida: La persona se encuentra indefensa ante el medio exterior, haga lo que haga considera que su acción no va a estar correctamente valorada o compensada.

Inhibición social: Incluída en el amplio espectro de las timideces patológicas, caracterizada por retraimiento social, acompañado de pensamientos de frustración sobre su propia incapacidad para enfrentarse a situaciones sociales.

 

Todos estos síntomas enumerados anteriormente pueden ser tratados con la adecuada psicoterapía que en cada caso específico, permita una mejora del paciente distónico.

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